sábado, 2 de septiembre de 2017

Adversidad

Poso mis manos en tu cintura reloj de arena.
Se para el tiempo.
Tic-tac, tic-tac...

Y estallamos a mil sensaciones por segundo, donde yo te siento más infinita que nunca.
Donde yo te siento más tuya que cualquiera.
Donde yo te siento.
Sentirnos. Qué bonito si luego no lo tuviera que olvidar.

Nuestras bocas calladas están a centímetros de distancia, pero nuestros ojos se leen mejor que nunca. Estamos hechos para que otros nos comprendan y tu mente parece encajar con la mía.

Los planetas del universo, a veces, también se colapsan, y arden, y explotan, y se reconstruyen. ¿Por qué nosotros íbamos a ser menos? pero, sobre todo, ¿por qué íbamos a ser más?
No lo sé, pero siempre podemos igualarnos.
Retroalimentémonos.

Dame de ti, de tu esencia, quiero conocer tu alma. Verla volar, verte libre en tu vuelo buscando unos brazos donde descansar tus alas y que elijas mi regazo para ello.

No esperes que te llame pero siempre te estaré pensando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario