martes, 21 de octubre de 2014

Cuéntame todo esto y más.

Enséñame a no ver la cama demasiado grande con tu ausencia.

Dime cómo se pasea con equilibrio sin ir agarrada de tu mano, sin que me cojas en brazos de repente o que me hagas correr sin ningún motivo, como dos locos que se quieren con locura.

Haz que aprenda a preparar el desayuno para mí sola, ya que el café siempre se enfría esperando, por si te da por volver. Y yo ya no sé si decirle que aguante un poco más o calentarlo de nuevo.

Cuéntame si hay vida después de ti, que ya sabes, que creo en lo que veo, y eso, no lo he vivido ni por asomo (ni quiero), pero lo necesito. Que no es fácil esto sin ti, pero tampoco nadie dijo que lo fuese.

Háblale a mi corazón porque mis oídos se acostumbraron a tu risa, y desde entonces, no quieren escuchar ningún sonido que no se le parezca.

Grítame, que me quieres, que me odias, lo que sea, pero grítame, que no aguanto con más silencio incómodo entre los dos. Que no sé donde quedaron esos minutos sin articular palabra en la que los únicos sonidos fónicos eran nuestros besos.

La palabra amor sólo me recuerda a ti, y no sé que es peor, si el hecho de que la destrozaste o el de que nunca lo voy a olvidar.

Tantas palabras para llegar a la conclusión de que te echo de menos, y que por favor, enséñame, pero a seguir viviendo la vida, contigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario